El crujir del mar me trae salados recuerdos...

El crujir del mar me trae salados recuerdos...
Tomé 2007.-

febrero 23, 2008


Decisiones…

…Si pudieran volver algunos segundos del pasado
Al presente húmedo y frío de esta soledad…
Olvidaría las palabras que se que no llegan bien,
Tan solo para entrar en tu corazón y quitar la pena que te aqueja…


Sin detener el tiempo
Sumergí sesenta segundos en alcohol,
Tiempo preciso para atrapar el viento…
Y llevarlo silenciosamente a mis pulmones.-

La sombra de un beso distante
Se reflejaba sobre el césped bajo la luna,
El recuerdo de dobles pasos por la avenida
Iban y venían a mí mente cuando una risa no era fácil;
En casa la maleta esperaba el calor de mí mano,
Sobre la mesa un pasaje de avión…
En mí cama descansaba mí boina y un poema sin terminar
Y en mí corazón… la tristeza de un sueño no realizado.-

El silencio nocturno veraniego
Era trastocado por la brisa oeste del pacifico,
Mis pasos crujían sobre la sal derramada sobre la arena
Y el humo de mí cigarro difuminaba la barcaza que lleva su nombre,
Así caminé y deambulé…
Así recorrí metros y metros cuadrados de misterios
Hasta que en la altura insignificante de una roca
Observe estrellas perdidas, confundidas… Como yo;
Con ojos cerrados extendí mis brazos
Y deje que el viento se llevara mí tristeza,
Y la sumergiera por sesenta segundos
En lo más profundo y reflexivo de la mar.-

Al segundo setenta de mí vida…
Avance de espalda saliendo del pasado
Y observe la puerta abierta… que dejaba entre ver un verde vivo,
Y sin candado… mí memoria
Que derramaba aquel carmesí desde mis venas al escribir.-

febrero 17, 2008


Con el barro en mis zapatos…


Camino a casa me detuvo un llamado…
Eran las palabras de un solitario jazmín;
Me saludo tan simple que me acerque,
Por instantes imagine conocerlo pero no…
Era un viejo filósofo poeta,
De esos excéntricos locos eruditos.-

Me preguntó mí nombre a lo cual lo mismo pregunte…
François respondió y de su vida habló,
Comento que lo sembró un torero…
Nieto de un revolucionario militar;
Dijo que su infancia la vivió en una maceta de greda,
Y que el gato de la vecina le orinaba por las mañanas,
Dijo también que sufría cuando veía a samanta venir,
Aquella traviesa bisnieta de aquel esquelético militar.-

Me entretuve por horas sentado junto a su jardín,
La vida es simple… el repetía,
Justo cuando en mí boina caía ese sol de abril;
Entre jugos naturales me comento que era viudo…
Lagrimeando susurro…
A Jacinta la arranco la mano de la malvada samanta;
Era su gran amor…
Era a quien entregaba ese aroma por las mañanas
Escondido entre el abono que cubría mil y una de sus fantasías.-