El crujir del mar me trae salados recuerdos...

El crujir del mar me trae salados recuerdos...
Tomé 2007.-

diciembre 16, 2007


Labio en labio…

Tu llevaste mí vida a lo profundo,
Hiciste de aquella noche… una compilación de los años;
Me enseñaste que el amar no es decir… si no actuar;
Aprendí junto a ti que es mejor mirar antes de hablar
Porque siempre el destino nos guardara sorpresas…
Aprendí que no sirve derramar lágrimas a diestras y siniestras,
Porque siempre que baje el sol… la luna nos unirá piel a piel.-

No sirve disfrazar el amor en la amistad,
Más no basta un beso en la mejilla y luego marchar;
No sirve decir ¡hola como va!...
Y entregar el deseo a la clandestinidad,
Más creo que hay que elevar la mirada y silenciarnos…
Dejarnos envolver por la magia de la bella romanza
Que avanza a ciegas en la transparencia misma de la vida;
Más creo que el destino nos unió en una vida pasada,
Donde el todo éramos tú y yo,
Y la nada… eran las palabras que debíamos obviar.-

Nunca pedí ser el dueño de este amor,
Menos alejarnos y volver a encontrarnos;
Nunca imagine lo difícil que sería vivir lejos de ti,
Menos lo difícil que seria volver a entregarte palabra alguna;
Más creo que en este silencio nuestra historia no esta dormida,
Solo la veo escondida y ceñida en el miedo tras las cortinas
Que conocieron nuestros juegos en aquella infancia,

En fin…

Tú te llevaste mi vida una noche…
Un veinticinco de mayo de algún extraviado año sin memoria;
Noche memorable…
Noche de invierno…
Noche donde las horas no sintieron miedo,
Noche donde dejamos correr lágrimas,
Noche donde por primera vez te tuve entre mis ansias...
En donde encendimos fuego,
En donde nos hicimos uno… sudando la misma pasión,
Pasión que aun no acaba… ¡lo prometo!;
Pero es solo el destino quien nos separa y nos junta,
Nos junta y nos vuelve a separar,

En fin…

Si pudiera despertar…
Me reclinaría en lo convexo de tus labios,
Respiraría hundiéndome en tu pecho,
Cerraría cada herida como cual llave cierra una puerta,
Y volvería a decirte cuanto te amo…
Pero como aun me encuentro durmiendo entre tus sueños
No me queda más que arrumarme en mí almohada
Y abrazar el vacío que dejaste la mañana del veintiséis de mayo aquel.-

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