De mis diez a tu media noche.


Tomo la luna entre mis dedos inciertos
Buscando en cada giro tu promesa de mi boca besar…
Busco mientras la música cae simple a nuestra pasión
Silenciando nuestros ojos y cegando nuestras palabras
En un sencillo juego de suspiros y tiempos anacrónicos,
Y en donde el tic-tac de algún reloj será la eternidad…
“cuando la hora de recordar a solas… nos llame”.

¿Como dar credibilidad a lo que quiero y siento?,
¡Como quitarte de mis sueños y traerte a mi realidad!,
¿Como saber si me necesitas y como explicarte que te deseo?…

Pues bien…
Apago mi pipa de noche y desabotono mí camisa,
Mientras cuento las estrellas que faltan para tu llegada…
Salgo al balcón que no existe a portas de mi habitación,
Y silbo el gemido que imagino brotar desde tus entrañas
En la oscuridad de cual hostal cercana al principio del primer
Beso envenenado de lujuria… si, de aquella que quita la ropa,
Pero… ¿porque llamar ropa a los pétalos que cubren la carne
Que estará tierna cuando se nos acabe la primera noche?.

Más bien…
Si estuvieras presente…
En las moléculas de aire que respiro,
Si estuvieras aquí, ahora y desnuda…
Te respiraría sin temor y entre mis pliegues húmedos te abrazaría
Para mecerte… y así ir sintiendo la fricción carnal poética
Que se volverá realidad al final del verso incierto…
Tal vez cuando el beso acabe y las miradas se entre crucen
Y las almas suelten suspiros en su máximo deseo de pasión.